La crisis económica que estamos padeciendo llega a los ámbitos más recónditos del sistema, así no es de extrañar que sanidad y educación, hasta ahora dos pilares del avance social en este país, se vean afectados por los recortes de los presupuestos de la administraciones correspondientes.
La crisis ha afectado a la educación, y está afectando a elementos básicos en la implantación de las TIC como son la falta de una actualización necesaria del software de los equipamientos y la dificultad de navegación por Internet. Por citar simplemente dos problemas.
Congelación y "plugins"
Un centro necesita una cantidad de horas ingente para mantener su equipamiento informático al día. Para conseguir una mayor"estabilidad" del sistema informático, los centros congelan el software de sus ordenadores, así se libran de virus y de desajustes originados por un mal uso o un uso imprudente del mismo. Esto supone un ahorro en horas de dedicación al mantenimiento, pero tiene una contrapartida, a saber, en muchas ocasiones cuando se quiere ver un vídeo online, o se quiere usar alguna página web 2.0, se hace necesario cargar el plugin correspondiente antes de poder usar el PC, eso supone una pérdida de tiempo, y cada día debe realizarse el mismo proceso, en el peor de los casos nunca llega a cargarse ese plugin. Ello redunda en una perdida de tiempo de clase. Se hace necesario, pues, una periódica actualización de todos y cada uno de los ordenadores de un centro.
Una solución, para mi la más profesional, pasa por asignar un informático por centro dedicado únicamente a estas tareas, como en otras administraciones o en cualquier empresa que quiera ser puntera en TIC. Pero esto no es así, como mucho algunos centros cuentan con el soporte de algún técnico durante algunas horas. Y no ha sido así, ni lo será en estos tiempo porque ello supone un incremento en el gasto público.
Velocidad de conexión y "proxi"
Los centros necesitan una velocidad de conexión a Internet mucho más alta. En algunos se dispone de 3Mb de conexión, eso en estos tiempos es ridículo y del todo insuficiente si tenemos presente la cantidad de conexiones paralelas que se realizan en un centro de enseñanza. Se pretende solucionar esa carencia creando "sensación de velocidad" en la navegación, esto es, usando un "proxi". Las páginas no van a buscarse al servidor, sino que la carga el proxi, las retiene en su memoria y las suministra cuando alguien vuelve a entrar en esa página. ¿Qué problema plantea?, pues que las actualizaciones que se han realizado en algunas webs hace más de veinte días -a fecha de hoy- siguen sin aparecer a través de las conexiones mediatizadas por los "proxis". ¿Qué pasa si estamos trabajando en tiempo real con páginas dinámicas?, pues que la falta de una velocidad real de conexión impide un uso de la tecnología acorde a las posibilidades que esta podría ofrecernos. La dificultad de conexión a Internet e clase supone una relentización del trabajo y un paulatino desencanto por parte del profesorado del uso de las TIC, por lo rudimentario que llega a resultar su uso.
La solución es disponer mayor ancho, tecnológicamente posible, pero económicamente inviable en los tiempos que vivimos. ¿No sería posible que los centros de enseñanza dispusieran de tarifas casi gratuitas de conexión a Internet?. La mejora de la conexión es posible, lo impiden cuestiones de carácter económico. No se si los responsables de ello son las administraciones que no se han planteado una política en este sentido, ¿no es es este un bien público?, ¿no estamos educando a las futuras generaciones?, o bien, sí se lo han planteado pero se han encontrado con la negativa de las compañías que no están dispuestos a perder unas parte de sus beneficios a costa de la "educación". Igual ambos son responsables. Pero una cosa es segura, en esta situación profesores y alumnos ven dificultado su proceso de enseñanza-aprendizaje por este problema.
Conclusión
Es posible una enseñanza de calidad con las TIC: Sí, pero ha de ir acompañada de unas medidas que permitan que se disponga de una tecnología que funcione en condiciones. Sin ello es imposible ningún movimiento de renovación pedagógica. Ya vemos que es una cuestión de dinero, dinero.
Miguel Herreros
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