Una de las características más llamativas de las sociedades modernas e innovadoras es el uso masivo, coordinado y, especialmente, aplicado de las tecnologia. Pero la tecnologias que necesitamos hoy es bien distinta de la que caracterizó los desarrollos tecnológicos del pasado. El tipo y uso de la TIC durante la primera y segunda revolución industrial se diferencia enormemente del sentido que se le atribuye actualmente. Durante la primera revolución industrial la tecnologia era de tipo individual y espontánea, aunque se transfería a través de canales sociales. En la segunda revolución industrial se produce un gran impulso, aglutinante y fecundo, de este tipo de creatividad. Es a partir de la segunda guerra mundial cuando surge una creatividad de tipo colectivo, basada en la colaboración, es decir, lo que podríamos llamar una "creatividad organizada".
La tecnologia organizada permite integrar y canalizar los esfuerzos individuales y aumentar el impacto de los resultados que de ella se desprenden. Seguramente, este proceso se debe al aumento de la complejidad de los problemas planteados, que están cada vez más interconectados y exigen respuestas también más integradas. Asistimos, por consiguiente, al paso de un proceso inventivo a un proceso innovador, es decir, al paso de la invención como expresión individual de la creatividad hasta la innovación como proceso colectivo de creatividad. La educación moderna debe necesariamente contemplar esa evolución. Un elemento tan importante con es la creatividad organizada, de la que en gran medida depende la capacidad de innovación.
ATT: Isedualn Santiago
domingo, 13 de marzo de 2011
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